En primer lugar, es importante recordar que muchas personas no disfrutan de estas experiencias, dice Jack Nitschke, profesor de psiquiatría y psicología de la Universidad de Wisconsin-Madison. Pero las que sí, quizá están buscando las emociones proporcionadas por la amígdala, una región del cerebro que controla nuestras respuestas emocionales a las experiencias y eventos más destacados.
La amígdala se activa cuando nos encontramos con algo que nos da miedo, por ejemplo, con un extraño amenazador. Es por eso que solía llamarse a la amígdala el "centro de temor" del cerebro.
Pero los científicos ahora saben que toda clase de estímulos - como las cosas que nos disgustan o sexualmente nos despiertan - también activan esta área, dice Nitschke. Y una vez activada, la amígdala desencadena una serie de otras respuestas en el cerebro y el cuerpo que contribuyen a nuestro entusiasmo.
El por qué algunas personas anhelan este tipo de estimulación no está claro. Tal vez algunas personas simplemente necesitan una amígdala más activa por alguna razón, dijo Nitschke. También es posible que los que habitualmente ven películas de terror o gustan de juegos de video violentos se habitúan, y por lo tanto "necesitan un impulso cada vez más grande para que trabaje la amígdala", agrega.
Se sabe, por ejemplo, que mostrarle a una persona un imagen terrorífica provoca una gran respuesta del cerebro por primera vez. Sin embargo, a la décima vez la respuesta es muy pequeña. "Es como si la amígdala dijera, 'OK, no es para tanto, ya he visto esto antes'", dice Nitschke, a pesar de que la última imagen mostrada es tan horrible como la primera.