Las tormentas eléctricas, que pueden ser el hogar de los tornados, suelen ocurrir al final del día, cuando el Sol se aproxima al horizonte. Esto crea un tinte rojizo en el cielo, como cualquiera que ha disfrutado de los atardeceres sabe. La luz bajo una nube de tormenta a unos 18 km de altura es sobre todo azul, esto debido a la dispersión de las gotas de agua dentro de la nube. Cuando las nubes azules se iluminan con la luz roja del atardecer, dice Bachmeier, adquieren un color verde.
El verde es importante, pero no es una prueba de que un tornado esté en camino. Una nube verde "sólo se producirá si la nube es muy espesa, que por lo general es una característica de las nubes de tormenta", dice Bachmeier. "Esas son el tipo de tormentas que pueden producir granizo y tornados." El color verde indica que la nube es extremadamente alta, y ya que las nubes de tormenta son las más altas de las nubes, el verde es una señal de advertencia de que granizo de gran tamaño o un tornado puede llegar a estar presente.