En la actualidad, el etanol es un aditivo del combustible utilizado para reemplazar o disminuir la necesidad de combustibles fósiles en camiones, automóviles y otros motores. La mayor parte de este etanol proviene de los azúcares del maíz y la caña de azúcar, pero aún se siguen buscando otras fuentes de azúcares.
"El candidato más probable? El etanol proveniente de los azúcares de la celulosa, o "grassolina," como uno de mis colegas investigadores le gusta llamarlo, "dice Tim Donohue, profesor de bacteriología de la Universidad Wisconsin-Madison y director del Centro de Investigación de Bionergía de los Grandes Lagos.
El problema es que, si bien la celulosa es una forma abundante de biomasa vegetal, ésta no se puede romper fácilmente en azúcares. Como consecuencia de ello, muy poco de la celulosa de la planta se utiliza hoy para generar combustible.
"La sociedad tiene miles de años de experiencia en la producción de etanol de la cerveza y el vino", dice Donohue. "Una vez que descifremos el código de la celulosa y liberemos los azúcares a partir de sus fibras, podremos empezar a generar etanol y otros combustibles de biomasa celulósica."
"¿Cuáles son las principales ventajas de utilizar etanol de celulosa para alimentar a nuestros automóviles", pregunta Donohue. "Reduciremos el gasto importando energía, tiene el potencial de hacer menos daño a nuestro medio ambiente, y tiene la capacidad de convertir los residuos agrícolas o de otro tipo en combustible".