Si es así, presta mucha atención a lo siguiente: "La cera de los oídos (cerumen) es necesaria, porque protege la delicada parte interior de este sensible órgano contra las infecciones y lastimaduras", explica la doctora Christina M. McAlpin, especialista en garganta, nariz y oídos.
Pero, por otra parte, si la cera se acumula, puede afectar nuestra capacidad auditiva. Por lo que los expertos aconsejan limpiarla con gotas. Estas eliminan el cerumen sin empujarlo por el canal auditivo.
Sólo utiliza los hisopos para la parte externa del oído. Si las gotas no dan resultado, ve al médico para que te la extraiga.