Hay varias teorías respecto a por qué la X ha llegado a representar un beso. Una hipótesis se basa en el significado matemático de la X, que puede significar cero o «(un) infinito (deleite)». Puede también multiplicar el amor y el regocijo.
Sin
embargo, el uso de este signo romántico puede tener dos explicaciones.
Originalmente, representaba el dibujo estilizado de dos bocas X
tocándose —X—. Pero, y en forma más complicada, el beso se asoció a la
cruz por una cadena de hechos que se deben a la falta de educación del
hombre.
En la antigüedad, los analfabetos firmaban los documentos
con una cruz y lo hacían así por una razón obvia. Una cruz era lo más
simple de dibujar y además, siendo un símbolo sagrado, llevaba implícita
la promesa de honestidad. Pero para confirmar solemnemente aún más la
veracidad de lo que se había endosado, el firmante besaba su «firma»,
como estaba acostumbrado a hacerlo con el libro sagrado. Y es así como,
finalmente, por esta asociación, la cruz se identificó con el beso.