La muerte de Agripina, madre de Nerón

Posiblemente si Agripina, madre del emperador romano Nerón, hu­biera hecho caso a la advertencia de "cría cuervos y te sacarán los ojos", no habría sufrido tantas decepcio­nes por parte de su poderoso hijo... y sus días habrían terminado con menos violencia. Agripina —hija de Germánico, biznieta de Marco Antonio, hermana de Calígula y sobrina y esposa del emperador Claudio— fue una de las mujeres más ambiciosasde su época, du­rante los años en que el Imperio Ro­mano estaba en su apogeo. Su fa­milia, la dinastía Julia-Claudia, ri­gió los destinos de la capital del mundo a través de varios empera­dores, y el último de ellos fue su hijo, Nerón, a quien ella llevó de la mano para alcanzar el trono imperial. Agripina no reparó en el asesinato (entre ellos el de su propio marido, el emperador Claudio), por medio del envenenamiento, para lograr que Nerón fuera elegido César. Pero Nerón, cansado de que Agripina le impusiera su voluntad, la alejó del poder; y al enterarse de que ella, resentida, estaba dando calor a una conspiración contra él, ordenó asesinarla. Como no lo logró por medio de venenos, ni tampo­co haciendo que naufragara su embarcación, ordenó a uno de sus secuaces apuñalarla. Agripina, a punto de morir y sabiendo que su hijo era su verdugo, señaló a su propio vientre y le dijo a su asesino: "¡Hiere aquí!", como condenando el sitio de su cuerpo donde había dado vida a ese "cuervo" que había criado.