Hay registros de que en ciertos lugares han llovido ranas. Pero, ¿cómo puede suceder esto?
Un torbellino que pasa sobre un río o lago, donde las ranas procrean, pueden recoger sus huevos fertilizados y llevarlos en el aire a través de una gran distancia. Mientras que los huevos giran en la atmósfera se incuban en minúsculos animales con cola conocidos como renacuajos.
Entonces, cuando el viento se debilita, lo que mantiene en el aire cae a tierra. En este caso, es una lluvia de renacuajos.
También se han registrado tormentas con otros animales. En agosto de 1892, en Padeborn, Alemania, hubo una tormenta de caracoles, y en julio de 1972, gusanos negros del tamaño de abejas cayeron del cielo por miles sobre la ciudad de Bucarest, Rumania.