El Mar Muerto, en la frontera entre Israel y Jordania, es en realidad un lago alimentado desde el norte por el río Jordán. Aunque el Jordán vierte 4.740.000 toneladas de agua dulce en el mar Muerto cada día, el agua dulce se evapora muy rápidamente debido al calor extremo en esta parte del mundo.
El Mar Muerto se encuentra en la parte inferior de la más profunda falla o ruptura en la corteza terrestre, y la evaporación hace que el agua aquí sea nueve veces más salada que en el océano. Debido a esta fuerte concentración de sal, ningún pez puede vivir en el Mar Muerto.
Nadar en el Mar Muerto es una experiencia poco común. Debido al alto porcentaje de minerales, sobre todo sal en el agua, los bañistas se mantienen constantemente a flote. Es virtualmente imposible bucear o nadar bajo el agua.
Si todos los océanos de la Tierra se secaran, la sal remanente sería suficiente para construir un muro de un kilómetro y medio de grosor y 290 kilómetros de altura alrededor del Ecuador.