Las estrellas fugaces parecen distantes estrellas brillantes cruzando el cielo nocturno. Pero una estrella fugaz no es una estrella en absoluto, y tampoco está muy distante.
En tiempos antiguos, la gente pensaba que las estrellas fugaces formaban parte del clima, como los rayos o la niebla. Pero ahora sabemos que las estrellas fugaces son en realidad objetos del espacio exterior.
Fragmentos de rocas, algunos grandes y otros muy pequeños, están flotando por todas partes en el espacio. Algunos de estos pedazos de roca, llamados meteoroides, son atraídos a la Tierra y entran en nuestra atmósfera.
Estas rocas (en su mayoría del tamaño de granos de arena) se aproximan a la Tierra a velocidades de hasta 80 kilómetros por segundo, y la fricción del aire los calienta hasta que brillan como estrellas. Cuando ves una estrella fugaz, en realidad estás mirando un meteoro que se quema en la atmósfera. Pero tienes que ser rápido para ver una estrella fugaz: por lo general no duran más de uno o dos segundos antes de que consumirse por completo y desaparecer.
Algunos de los meteoros que llegan a la Tierra no se consumen por completo en nuestra atmósfera. Aproximadamente 75 millones de meteoros chocan en nuestra atmósfera cada día, ¡pero sólo uno o dos vez llegan al suelo! En este caso, los objetos que sobreviven se les llama meteoritos.