Lo que llamamos pasteurización consiste en calentar los alimentos para destruir las bacterias nocivas que contienen. El proceso recibe el nombre de su inventor, el químico francés Louis Pasteur, que lo probó con la leche por primera vez en 1862. La mayor parte de la leche se pasteuriza calentándola un instante a 72 °C. Así se destruyen las bacterias, lo que permite conservarla más tiempo.