Un gas, un líquido y un sólido son simplemente diferentes formas de la misma cosa. Y esa forma es determinada por la temperatura de la sustancia y cuánta presión se le aplica a la misma.
El calor puede transformar un sólido en un líquido, dando a sus moléculas más energía y movimiento, y luego convertir a su vez el líquido en un gas, en el que las moléculas están tan excitadas que se mueven frenéticamente.
Cuando decimos que el oxígeno es un gas, o que el hierro es un sólido, no queremos decir que siempre se encuentran en esas formas en todo el universo. Lo que queremos decir es que, a la temperatura ambiente en la Tierra, el oxígeno es un gas y el hierro se encuentra en estado sólido.
Tendría que hacer bastante frío para convertir el oxígeno en un líquido, a unos -182,95 °C; mientras que el mismo oxígeno se convertiría en un sólido a -218 °C! Por el contrario, tendría que haber bastante calor para que el hierro se convierta en un líquido, alrededor de los 1.538 °C; y a los 2.862 °C, se convertiría en un gas!