En 1951 un grupo de científicos estadounidenses que trabajaba en una planta de experimentación en el desierto de Idaho generó por primera vez electricidad a partir de la energía calorífica de un reactor de fisión nuclear. La primera central nuclear destinada a generar electricidad se abrió en la antigua URSS a mediados de los años cincuenta.
Fue precisamente la planta nuclear de Óbninsk (en ruso: Обнинская атомная электростанция) la primera central nuclear en el mundo. Entró en funcionamiento el 27 de junio 1954 (en Óbninsk). Generaba 5 MW con solo un 17% de rendimiento térmico. Fue desactivada el 29 de abril 2002. Hoy la planta está convertida en un museo.