En 1712 el inglés Thomas Newcomen inventó el primer motor o máquina de vapor. El motor quemaba carbón para producir vapor, que accionaba unas bombas para achicar el agua de las minas.
Unos años después, en 1769 el ingeniero escocés James Watt mejoró el motor de Newcomen. En el motor de Watt, el vapor se introducía en un cilindro y empujaba un pistón. Después, se condensaba con un chorro de agua fría, lo que provocaba un vacío que hacía que el pistón bajara de nuevo. El movimiento alternativo del pistón podía accionar una bomba o un basculante para mover todo tipo de maquinaria.