El movimiento continuo del mar presenta energía en forma de mareas, corrientes y olas. Una planta mareomotriz deriva esa energía natural para la producción de electricidad. La primera central mareomotriz, y la más grande del mundo, se abrió en 1966 en el río Rance, en Francia. Se construyó una gran presa en el estuario. Cuando la marea sube y baja, el agua fluye por los túneles de la barrera y mueve turbinas que accionan generadores eléctricos.