Frases célebres sobre la Divinidad

  • No hay nada que Dios no pueda realizar.—Cicerón.
  • La naturaleza misma ha impreso en la mente de todos la idea de un Dios.—Cicerón.
  • La naturaleza, el destino, la suerte: todo esto no son más que nombres del mismo Dios.—Séneca.
  • Dios lo gobierna todo (Regnator omnium Deus).—Tácito.
  • No se debe pensar en Dios como en un ser físico o que posea alguna especie de cuerpo. Es espíritu puro. Se mueve y actúa sin necesidad de espacio corpóreo, ni de dimensión, forma o color o cualquier otra propiedad de la materia.— Orígenes.
  • Nuestra idea de Dios implica la existencia necesaria y eterna. Por tanto, la conclusión manifiesta es que Dios existe.— Descartes.
  • Si pensamos en Dios, dedúcese que existe.—Malebranche.
  • Dios es un ser absolutamente infinito; una substancia que consta de atributos infinitos, cada uno de los cuales expresa su esencia eterna e infinita.—Spinoza.
  • Dios es una cosa que piensa.—Spinoza.
  • Dios es infalible en su propia naturaleza: no puede estar sujeto a error o a pecado, pues es su propia luz y su propia ley; la razón es consubstancial con él, la comprende perfectamente y la ama de manera invencible.—Malebranche.
  • El sentimiento me dice que existe un Dios y no me dice que no existe. Con esto me basta.—La Bruyere.
  • Dios es para sus criaturas, no sólo lo que un inventor es para su máquina, sino también lo que un príncipe es para sus subditos y un padre para sus hijos.—Leibnitz.
  • La razón me dice que Dios existe, pero también me dice que nunca podré saber lo que es.—Voltaire.
  • Si Dios no existiera, sería necesario inventarlo.—Voltaire.
  • La idea más perfecta que podemos formarnos de Dios es la de una primera causa independiente, única, infinita, eterna, omnipotente, inmutable, inteligente y libre, cuyo poder se extiende a todas las cosas.—Condillac.
  • Siempre que un acontecimiento importante, una revolución o una calamidad redunda en beneficio de la iglesia, pretende verse en ello el dedo de Dios.—Voltaire.
  • La única idea que el hombre puede aplicar al nombre de Dios es la de una primera causa, la causa de todas las cosas. Pese a lo incomprensible y difícil que es para el hombre concebir una primera causa, llega a creer en ella debido a la dificultad mucho mayor de no creer en ella.—Thomas Paine.
  • Lo que hace inaplicable el principio de la igualdad a nuestras relaciones con Dios es que de todos los seres, El es el único que no puede ser representado como sujeto a deber.—Kant.
  • Si yo hubiera creído en un Dios de recompensas y castigos, puede que hubiera perdido el ánimo en las batallas.—Napoleón.
  • ¿Es menos filosófico creer en un Dios personal, omnipotente y omnisciente, que en fuerzas naturales inconscientes e irresistibles? ¿Es antifilosófico combinar el poder con la inteligencia?—Disraeli.
  • Los sacerdotes, los reyes, los estadistas, los generales, los banqueros y los funcionarios públicos de toda índole; los policías, los carceleros y los verdugos; los capitalistas, los usureros, los hombres de negocios y los propietarios; los abogados, los economistas y los políticos: todos ellos, hasta llegar al más ruin tendero, repiten a coro las palabras de Voltaire de que si no hubiera Dios sería necesario inventarlo.—Bakunin.
  • Dios me perdonará: es su oficio.—Enrique Heine.
  • Nuestro Dios monístico, la esencia que todo lo abarca en el mundo, el dios-naturaleza de Spinoza y Goethe, es idéntico con la energía eterna e inspiradora de todo, y uno, en substancia eterna e infinita, con la materia que llena el espacio.— Haeckel.
  • El hombre propone y Dios dispone.—Refrán español.
  • A Dios rogando y con el mazo dando.—Refrán español.
  • Fue un hombre el primero que hizo creer a los hombres en los dioses.—Critias.
  • La ignorancia de las causas naturales creó los dioses, y las imposturas de los sacerdotes les hicieron terribles.—D'Holbach.
  • En la historia del mundo no volverá a haber ningún hombre, por grande que sea, a quien sus conciudadanos conviertan en un dios.—Carlyle.
  • Es verdad que hay dioses; pero lo que la multitud cree de ellos no es cierto, pues lo que la multitud cree cambia con el tiempo.—Epicuro.
  • Cuando las calamidades caen sobre un Estado, se olvidan los dioses y nadie se preocupa de honrarlos.—Eurípides.
  • Los dioses han existido siempre y nunca han nacido.— Cicerón.