Hace millones de años, cuando gran parte de la Tierra era un bosque pantanoso, miles de millones de plantas y animales murieron y fueron sepultados en aguas poco profundas.
El oxígeno, hidrógeno, nitrógeno y carbono en estos seres vivos fueron transformados por las bacterias y la presión durante millones de años, liberando los gases de la materia podrida y dejando sólo el carbono.
El carbón y el petróleo se componen principalmente de carbono. La diferencia es que el carbón estuvo bajo más presión a medida que se formaba y los átomos de carbono se dispusieron en forma sólida.
Cuando el carbón o el petróleo se queman, se combinan con el oxígeno del aire, produciendo monóxido de carbono y otros gases. Este cambio químico produce una gran cantidad de energía calorífica.
Por eso, cuando quemamos carbón o petróleo para calentar o iluminar nuestros hogares, o para calentar el agua en las plantas de electricidad, estamos realmente quemando los restos de plantas y animales que vivieron hace muchísimo tiempo!