Su nombre es vatímetro, pues su función consiste en cuantificar los vatios (watts), o unidades de energía eléctrica, que se consumen en un momento o periodo. Los medidores llevan el récord kilovatios/ hora (kVH), cifra que equivale al uso de mil vatios por hora. Así, por ejemplo, se dice que un refrigerador ocupa 1.4 kVH al día. El medidor consta de dos bobinas fijas y una móvil. Las fijas están conectadas en circuito al sistema cuya energía se pretende medir, y la móvil se conecta a la corriente eléctrica que llega de la calle. El paso de la corriente genera un campo electromagnético que induce el movimiento de la bobina móvil, esta hace girar un disco y una manecilla que va registrando, análogamente, la cantidad consumida. Hoy también disponemos de medidores digitales.
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