En marzo de 1889, los Estados Unidos, Alemania e Inglaterra estaban al borde de la guerra.
Un barco de guerra alemán bombardeo la pequeña ciudad de Apia, en la isla de Samoa Occidental y destruyó propiedad norteamericana. Tres buques de guerra estadounidenses navegaron hacia el puerto, donde se encontraron cara a cara con tres buques de guerra alemanes y un buque de guerra británico.
Antes de que nadie podiera disparar un solo tiro, un huracán golpeó de pronto. La tormenta hundió los tres buques de los EE.UU. y tres barcos alemanes, junto con seis buques mercantes neutrales que se encontraban en el puerto.
El barco británico estaba equipado con motores y logró ganarle la carrera a la tormenta. Puesto que ya no había barcos con que luchar, ya no hubo guerra.
Un armisticio fue aplicado debido a la tormenta, y las dificultades se resolvieron pacíficamente después.