El escorbuto, una terrible enfermedad que afectaba principalmente a aquellos hombres que pasaban largos períodos en alta mar, era causada por la falta de vitamina C.
En 1795, los marineros británicos fueron obligados a beber una ración diaria de jugo de lima, fruta abundante en vitamina C.
La ración era para prevenir la enfermedad y les dio a los marineros ingleses el apodo que llevan aún hoy: limeys.