En el Atlántico, la temporada de huracanes se extiende desde el primero de junio hasta el último día del mes de noviembre, aunque la mayoría de los huracanes se producen de agosto a noviembre.
A los huracanes se les dan nombres.
Los nombres le facilitan a la Oficina Meteorológica seguir sus huellas, sobre todo si hay varios huracanes formándose por el mismo tiempo.
Hasta hace poco, los huracanes siempre se les daba nombres femeninos, pero muchas personas se opusieron a esta costumbre porque no era lógico que las tormentas destructivas siempre debieran ser llamadas por el nombre de una mujer.
A partir de 1 de junio de 1981, el método de nombrar los huracanes cambió. Ahora, los nombres de varones se alternan con los nombres de las mujeres.