El astronauta estadounidense, Neil Armstrong, fue seleccionado para dirigir el Apolo 11, el primer intento de la NASA para alunizar en la Luna.
Durante años, la agencia espacial había enviado naves al espacio profundo hasta la órbita de la Luna. Esta vez, su intención era lograr una hazaña que los seres humanos habían soñado durante miles de años, tocar la Luna.
El 16 de julio de 1969, un poderoso cohete Saturno V despegó de la plataforma de lanzamiento en Cabo Kennedy, Florida, llevando a Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Buzz Aldrin hacia el espacio.
Tres días más tarde, la nave de comando, llamada Columbia, y el módulo de desembarco, el Águila, entraron en la órbita de la Luna. Después de otros tres días, Armstrong y Aldrin se dirigieron en el Águila a la superficie lunar, mientras que Collins permanecía a bordo del Columbia.
Millones de personas vieron por televisión como Armstrong abrió la puerta exterior del Águila y bajaba por la escalera, rígido en su abultado traje espacial.
Su bota se posó en el polvo suave, dejando una impresión que se mostró en todo el mundo. "Este es un pequeño paso para el hombre," dijo, " pero un gran salto para la humanidad".
Durante las próximos dos horas y media, Armstrong y Aldrin trotaron sobre la superficie de la Luna, plantaron una bandera estadounidense, y colocaron instrumentos científicos para medir el ambiente de la Luna.
Volvieron con el Columbia, reingresando a la atmósfera terrestre el 24 de julio de 1969.