No es el tamaño del cerebro el que hace que una persona sea más o menos inteligente que otra; en la mayoría de los adultos el cerebro es del mismo tamaño, alrededor de 1,5 kg. Más bien, es la forma en que el cerebro se desarrolla.
Nuestro cerebro almacena la información de las experiencias pasadas que nos ayudan a recordar, aprender y pensar.
Pero las personas difieren en la cantidad de cosas que recuerdan, en la rapidez con que aprenden, y lo bien que piensan. Gran parte de esto depende de la capacidad de desarrollo mental que heredan de sus padres y de su entorno. Un ejemplo de esto es Kim Ung-Yong, un joven coreano que habla cuatro idiomas y resolvía complejos problemas matemáticos antes de los cinco años de edad.
Sus padres son profesores universitarios. Pero esto no significa que cada profesor universitario tendrá un genio en cada hijo. Simplemente significa que este muchacho heredó una gran capacidad de aprendizaje de sus padres y que estaba expuesto a diversos idiomas y a las matemáticas, cuando era muy joven.
¡Nuestro cerebro deja de crecer en tamaño alrededor de los 15 años de edad!