Si no tuviéramos músculos, no seríamos capaces de movernos. El músculo es un órgano contráctil que se entiesa y se acorta cuando está trabajando. Este endurecimiento del músculo es lo que hace que una parte de nosotros se mueva. Cuando tal parte deja de moverse, el músculo se relaja y vuelve a su tamaño normal.
El cuerpo tiene más de 600 músculos, divididos en dos tipos: los músculos voluntarios e involuntarios.
Al lanzar una pelota o caminar o agacharnos, utilizamos los músculos que podemos controlar. Estos se denominan músculos voluntarios. Los músculos involuntarios, en cambio, son aquellos sobre los que no tenemos ningún control, sino que hacen su trabajo sin que pensemos en ellos.
El corazón es un músculo involuntario, ya que late para bombear la sangre a través del cuerpo. Los músculos involuntarios también impulsan el alimento a través del sistema digestivo del cuerpo.
La palabra músculo proviene del diminutivo latino musculus, mus (ratón) y la terminación diminutiva -culus, porque en el momento de la contracción, los romanos decían que parecía un pequeño ratón por la forma.
¡Los músculos representan aproximadamente la mitad del peso de nuestros cuerpos!