En la antigüedad mucha gente creía que ciertas gemas tenían extraños y misteriosos poderes, que las piedras preciosas podrían traer buena suerte a una persona e influenciar su personalidad.
Los adivinos en la Edad Media, deseosos de reforzar su influencia sobre la gente supersticiosa, eligieron una piedra preciosa por cada mes del año y convencieron a la gente de que si alguien llevaba la piedra que simboliza el mes de su nacimiento, no sufriría daño alguno y que esa persona se beneficiaría con el carácter asociado a su piedra de nacimiento.
Aunque la mayoría de las personas actualmente no creen que sus piedras de nacimiento afectarán sus vidas, aún escogen las piedras que les corresponden en sus joyas que compran.
Las piedras, las cualidades que se le asocian y los meses correspondientes son:
Enero: Granate (Firmeza y constancia)
Febrero: Amatista (Sinceridad)
Marzo: Aguamarina (Valentía)
Abril: Diamante (Inocencia)
Mayo: Esmeralda (Éxito)
Junio: Perla o Alejandrita (Salud)
Julio: Rubí (Contento)
Agosto: Ónix (Felicidad matrimonial)
Septiembre: Zafiro (Pensar con claridad)
Octubre: Ópalo o turmalina (Esperanza)
Noviembre: Topacio (Fidelidad)
Diciembre: Turquesa o circón (Prosperidad)
