Durante la Edad Media, la gente rica en Europa pensaba que era mejor no bañarse que estar limpia. Creían que sólo la gente pobre que trabajaba todo el día en los campos necesitaba bañarse, y que no tomar un baño era un signo de riqueza.
¡Muchos aristócratas se jactaban de que nunca habían tomado un baño en toda su vida! Esa fue una de las razones por las que el perfume era tan popular y valioso en las cortes reales de ese período.
La reina Isabel I de Inglaterra, que reinó en el siglo XVI, sólo tomaba un baño al mes. De acuerdo a un escritor que vivió en la época, ella tomaba su baño mensual "ya sea que lo necesitara o no".
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