El tomate, un fruto tan común en los Estados Unidos, no se convirtió en un alimento popular en ese país sino hasta hace unos dos siglos atrás. Antes de eso, ¡mucha gente creía que el tomate crudo era venenoso!
Pero en los Estados Unidos, la gente tuvo miedo a comer tomate crudo hasta 1830, cuando un hombre llamado Robert Johnson, estando en la escalinata del tribunal en Salem, New Jersey, se atrevió a comer un tomate crudo.
Los espectadores de Jonhson esperaban verlo morir por comer el tomate. Cuando no pasó nada, la gente se dio cuenta de que el tomate era inofensivo, y pronto se hizo popular en este país también.
Los tomates crecían en Mesoamérica a la llegada de los europeos, y no llegó a España sino hasta el siglo 16. Al principio, los españoles no sabían qué hacer con el tomate, ya que pensaban que era demasiado agrio para comerlo como una fruta. Entonces, un chef en la corte real mezcló tomates con aceite de oliva y cebolla, ¡e inventó la primera salsa de tomate del mundo!
¡El más grande tomate cultivado jamás pesó unos 2 kilos!
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