Los antiguos romanos construyeron muchos acueductos, estructuras que transportaban agua por todo el imperio. La mayoría de estos acueductos consistían en tuberías subterráneas, como los modernos sistemas de transporte de agua. Pero cuando los romanos tenían que construir un acueducto sobre un valle o un área baja, construían grandes puentes en arco donde colocaban las tuberías de agua.
El mejor ejemplo de un antiguo acueducto romano se encuentra cerca de la ciudad francesa de Nimes. El puente que lleva el acueducto sobre el río Gard, llamado Pont du Gard, todavía se pueden admirar hoy en día, ¡casi 2.000 años después de su construcción!
El Pont du Gard fue construido con tres filas de arcos. El nivel inferior consta de 6 arcos, el nivel medio cuenta con 11 arcos más pequeños, y el nivel superior tiene 35 arcos. Construido de piedra, el puente se extiende 255 metros de una orilla a la otra, y el nivel superior se levanta a 48 metros del río.
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