Las gaitas se utilizaron en la antigua Grecia, y al emperador romano Nerón también le gustaba tocar el instrumento. Los soldados romanos fueron los que llevaron las gaitas a las Islas Británicas, donde permanecieron en uso durante la Edad Media. Sin embargo, las gaitas también eran comunes en algunas partes de Francia, España y otros países europeos.
La gaita consiste en una bolsa y varios tubos conectados a ella: un tubo con boquilla donde el músico sopla, otro tubo donde toca la melodía, y uno a tres tubos que continuamente dan la misma nota.
Hay un tipo de gaita donde el músico tiene que llenar él mismo la bolsa con su propio aliento; pero hay otro tipo de gaita donde el trabajo lo hace un fuelle. Mientras toca, el gaiteiro utiliza su brazo contra el fuelle para llenar la bolsa con aire y también para empujarlo fuera.
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