Según la ley de la gravedad de Newton, cada objeto ejerce una atracción sobre las cosas a su alrededor. Dado que la Tierra es millones de veces más grande que las cosas que están sobre ella, todo lo tira hacia sí misma. Si no fuera así, todo sobre la Tierra, incluidas las personas, saldrían disparadas hacia el espacio.
¿Por qué, entonces, cuando un buque se encuentra sobre el agua, no se hunde? Después de todo, su estructura, maquinaria, carga, tripulación y pasajeros, suman un peso de miles y miles de toneladas.
La razón es que todos los barcos y buques se han diseñado con zonas huecas que están llenas de aire. Y mientras que un buque empuja parte del agua a los lados cuando flota, las grandes cantidades de aire que hay en su interior pesan menos que el agua que es desplazada. El agua debajo de él, sin embargo, pesa mucho más y empuja hacia arriba el buque, lo cual hace que flote.
Ejemplos de flotabilidad se pueden ver en las pelotas de playa, si uno empuja la pelota al interior del agua, ésta reacciona empujando la pelota hacia arriba.
Lo que determina que un objeto flote o se hunda es su densidad, la cantidad de aire que hay dentro de él. Un gran pedazo de madera flota, porque el aire llena muchos de sus espacios, pero una pequeña piedra se hundirá porque tiene una mayor densidad, sin aire en su interior.
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