Los pegamentos, como la pasta o el cemento, se caracterizan por unir cosas. Estos materiales son conocidos como adhesivos, ya que hacen que las cosas se adhieran o se peguen entre sí. Sin embargo, su pegajosidad no es todo lo que poseen.
Para que un adhesivo pueda ser práctico, debe transformarse de un líquido suave a un duro sólido en un corto período de tiempo. Sustancias pegajosas como la miel, el jarabe, y la goma de mascar no son buenos adhesivos porque tardan mucho en endurecer.
Si nos pusiéramos a estudiar cualquier cuerpo sólido bajo el microscopio, nos daríamos cuenta de que aquello que creemos como perfectamente liso tiene rugosidades y espacios.
Supongamos que estamos haciendo un modelo que requiere la unión de dos pedazos de madera. Tenemos que aplicar el adhesivo a una de las superficies y colocar el otro pedazo de madera encima de ella.
Lo que hace el pegamento es cubrir todas esas pequeñas rugosidades y huecos en la madera. Cuando se seca y endurece, las dos superficies quedan firmemente juntas.
¡Algunos pegamentos se fabrican a partir de la piel, los huesos, y tejidos de animales y peces!
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