Las ovejas, injustamente tachadas de tontas, tienen en los investigadores del Instituto Babraham de la Universidad de Cambridge a los defensores acérrimos de una cualidad ignorada hasta ahora: su perspicacia fisonomista.
Según indican en Nature, estos animales pueden distinguir a congéneres conocidos de entre otras 50 ovejas. Parece que las células de los lóbulos temporal y frontal de estos ovinos se activan cuando ven el rostro de una oveja que les es familiar, del mismo modo que una persona reconoce a otra.
Para Keith Kendrick, director del proyecto, "esto indica que las ovejas pueden echar de menos a compañeras que ya no están".
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