En Sudáfrica, país en donde abunda la hulla -carbón mineral- desde hace algunos años se empezó a convertirla en petróleo.
Grandes cantidades de hulla se exponen al fuego y durante varios minutos se muele con una mezcla de vapor y oxígeno a alta presión. Este material arde y despide grandes cantidades de gas rico en carbono e hidrógeno, constituyentes básicos del petróleo.
Dado que la hulla contiene sólo la mitad de átomos de hidrógeno que el petróleo, es necesario añadirle a aquélla tal elemento mediante vapor de agua. Al arder la hulla genera suficiente energía para separar las moléculas del vapor en átomos de hidrógeno y oxígeno. Se logra así el equilibrio entre ambos.
Este gas resultante se "lava" con metanol para eliminar el cianuro y el azufre. Luego pasa a reactores en los que, según el tratamiento químico aplicado, se obtiene determinado producto final. Los reactores pueden producir aceite, gasolina, gas licuado, ceras y compuestos como, aldehídos, acetonas y alcoholes. Sin embargo el proceso resulta costoso.
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