Abrigos naturales del cuerpo

Para mantener la temperatura del cuerpo en un clima gélido se necesita un aislante eficaz. Los mamíferos tienen pelo o grasa que aísla sus cuerpos, pero el ser humano carece de la grasa necesaria y su pelo corporal es relativamente escaso, por lo que es necesario que se protega con ropa.
Los mamíferos se caracterizan por tener dos tipos de pelo. El más largo, de protección, es eréctil: se eriza cuando el animal tiene miedo o está enojado, como ocurre en el cuello de los perros. Debajo, el pelo más corto es suave y denso, y retiene aire cerca de la piel. El aire es un mal conductor del calor, así que la capa atrapada recibe el calor del cuerpo y mantiene caliente el animal.
Cuando llueve o si se mete al agua el animal, el pelaje exterior se enreda y forma una capa impermeable, con lo cual se evita que el pelo más corto y la piel se mojen y pierdan sus propiedades aislantes. Cuando deja de llover o el animal sale del agua, con una simple sacudida elimina el agua retenida en el cuerpo.
Al aprovechar las cualidades, como por ejemplo, el de la lana, el hombre puede imitar lo que hacen los mamíferos. Las prendas próximas a la piel atrapan el aire, que se mantiene caliente y crea una capa protectora. Los impermeables evitan que la ropa se moje y pierda sus propiedades aislantes.

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