Es sabido que la temporada de invierno introduce muchos cambios en el modo que los animales viven y sobreviven, como es el caso de la migración de ballenas, focas, tortugas, anguilas, cangrejos, peces, mariposas, etc. La hibernación es un término muy usado cuando se refiere a animales durante el invierno. Básicamente, los animales hibernan en orden de escapar de la crudeza del tiempo y de la falta de alimento en estos meses. Ellos lo usan como un medio para preservar la energía y el calor de su cuerpo, el cual es asistido naturalmente por su propio sistema corporal.
La verdadera hibernación es un estado de inactividad o sueño profundo, al cual algunos animales entran durante la temporada de invierno. El cuerpo del animal pasa a través de un número de cambios, como es que la temperatura corporal disminuye más de lo normal y las palpitaciones del corazón y la respiración aminoran dramáticamente. Contrario a lo que se piensa, los osos no experimentan una verdadera hebernación, sino que entran en un estado de letargo invernal, en el cual su temperatura corporal se mantiene normal.
Los osos entran a este letargo invernal gradualmente, proceso que sigue sino son molestados; incluso ya dormidos es muy fácil despertarlos. Esto contrasta con los animales que hibernan de verdad, los cuales son muy difíciles de despertar y que se duermen rápidamente. Antes de entrar a su refugio para resguardarse del invierno, los osos deben ganar peso considerablemente. La grasa acumulada es la única fuente que energiza su actividad metabólica, proveyendo los fluidos que necesita.
El propósito primordial de la hibernación es, dicho de manera coloquial, brincarse la temporada invernal, durante la cual la comida escasea. Así, en orden de conservar energía, los osos no comen, defecan u orinan durante su letargo de invierno. Sin embargo, cuando los osos salen de su letargo, ellos son mucho más delgados que cuando entraron. Los osos pierden alrededor de un 22% de su fuerza muscular durante los 3 a 4 meses sin comida que pasan en hibernación.
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ALGUNOS DATOS INTERESANTES SOBRE LA HIBERNACIÓN EN LOS ANIMALES
El flujo de oxígeno a la materia gris de los animales que hibernan puede disminuir hasta un 2 por ciento de lo normal.
La actividad metabólica y la frecuencia cardíaca también se desploman. La frecuencia cardíaca de una ardilla de tierra puede descender de 300 latidos por minuto a tres o cuatro tics en el mismo lapso durante la hibernación.
No sólo se hiberna en el invierno: En la Madagascar tropical, el lémur enano de cola gorda se arrastra por los agujeros de los árboles y duerme durante un promedio de siete meses para hacer frente a la escasez de alimentos y agua durante la estación seca.
La hibernación en clima cálido, o estivación, también es utilizada por lagartijas, caracoles y tortugas.
Hasta los peces pueden hibernar. La Notothenia coriiceps, informalmente conocida como bacalao antártico, reduce su metabolismo en dos tercios y se esconde bajo el lecho marino durante los oscuros inviernos antárticos.
Un estado de actividad fisiológica suprimida se conoce como letargo, y un puñado de ratones, murciélagos y aves lo emplean diariamente. El colibrí de garganta rubia puede reducir su metabolismo diez veces durante la noche.
La hibernación es básicamente una forma extendida de letargo, pero el letargo por sí solo no califica como hibernación.
Los animales en estado de letargo pueden bajar su temperatura corporal a extremos sorprendentes. La ardilla terrestre del Ártico se enfría a 27 grados Fahrenheit.
Los mamíferos que entran en verdadera hibernación tienen que encontrar maneras de calentarse cada pocos días o semanas.
Una osa negra preñada puede dar a luz sin salir de la hibernación. Ni siquiera necesita levantarse para cuidar de sus crías, sino que amamanta a sus cachorros durante meses aprovechando sus reservas de grasa almacenada.
Tropezar con un oso hibernando en el bosque es más probable de lo que piensas. Algunos invernan abiertamente en nidos de metro y medio ancho hechos de ramas y follaje.
Cuando llega la primavera, o terminan las sequías, la mayoría de los hibernadores emergen de sus guaridas o nidos sin atrofia muscular significativa o pérdida de densidad ósea.