En parte de la literatura rabínica se dice que fue madre del hijo diabólico que tuvo Adán tras separarse de Eva.
El culto a Lilith permaneció activo por muchos años. En el siglo VII d.C. aún sobrevivía en ciertos grupos judíos. Hoy simboliza la fuerza destructiva de lo femenino, pero también su irreverencia y rebeldía.
Fuente: The New Encyclopaedia Britannica