La reproducción vegetativa

   Todo aquel que haya observado a un labrador ocupado en la siembra de papas, habrá reparado en que no echa en la tierra la semilla de la planta, sino un tubérculo (que es un tallo subterráneo), prestando atención a que sobre el mismo haya por lo menos un brote. Ni siquiera es necesario que el tubérculo este íntegro: si este lleva varios brotes, el labrador podrá cortarlo en varios trozos, de modo que cada uno de ellos tenga el correspondiente brote. Estos brotes, una vez enterrados, se nutrirán primeramente con las sustancias de reserva contenidas en el tubérculo; mientras tanto echarán raíces y hojitas, con las cuales pronto podrán nutrirse solos. Así se formará una nueva planta. Es un ejemplo de reproducción vegetativa.
   También la naturaleza, a veces, recurre a este simple modo de reproducción. Un ejemplo es la planta de la fresa, la cual se reproduce por medio de estolones (tallos aéreos de crecimiento horizontal). El hombre, que trata siempre de sacar provecho de los "inventos" de la naturaleza, ha pensado aplicar la reproducción vegetativa en otros casos, para obtener rápidamente una planta. Los metodos de reproducción vegetativa usados por los floricultores y fruticultores para la reproducción de sus plantas son tres: estaca, acodo e injerto.