¿Qué es la pila eléctrica?


   Enterado de los experimentos de Galvani sobre las ranas, el conde Alessandro Volta, profesor de física en Padua, tuvo un día la idea de realizar un dispositivo productor de electricidad apilando discos de cine y discos de cobre alternados, y unas rodajas de paño embebidas de agua acidulada, cada una de ellas colocada entre cada par de discos.
   Cuando se ponían en contacto, por medio de un hilo metálico, el primer disco de zinc y el ultimo disco de cobre, una corriente eléctrica recorría el hilo. Anunciado en los primeros días de 1800, este invento, conocido de inmediato con el nombre de "pila de Volta", y que era el primer aparato que posibilitaba la producción de una corriente eléctrica regular, estable y continua, le valió a su autor una notoria celebridad. El 6 de noviembre de 1801, Bonaparte recibía a Volta en las Tullerías y, poco después, hacía construir, para la Escuela Politécnica, una enorme pila de 600 elementos. En Inglaterra, otra pila, que comprendía 2000 elementos, fue regalada a Davy por suscripción pública. Davy logro, gracias a ella, hacer saltar un arco eléctrico entre dos carbones. La energía eléctrica producida por las pilas es el resultado de una reacción química (ocasionada al sumergir dos metales distintos en una solución acuosa conductora de la electricidad) que va acompañada de una liberación de electrones que origina la corriente.
   Se ha inventado un gran número de pilas. Las pilas utilizadas en las linternas eléctricas de bolsillo y en los aparatos de transistores se llaman pilas secas; el líquido que contienen esta embebido, o bien en una sustancia absorbente, como el serrín de madera, o bien gelatinosa. Se han creado otros generadores de electricidad cuyo principio es muy diferente: las pilas de combustible, que ya se utilizan a bordo de los vehículos espaciales, en los que sustituyen con ventaja (son más ligeras) a las pesadas baterías de acumuladores. ¿Su principio? Una electrólisis que se opera al revés. En efecto. la electrólisis es reversible. Si es posible descomponer el agua, por ejemplo, en oxigeno y en hidrógeno con consumo de energía eléctrica, puede obtenerse agua con producción de electricidad al combinar oxígeno e hidrógeno. Gracias a estas pilas de combustible podremos disponer en el futuro de vehículos de propulsión eléctrica cuyo motor ya no contaminara la atmósfera.