El ladrillo

   Desde hace miles de años, los hombres han fabricado ladrillos para construcciones. Antiguamente, los ladrillos se ponían a se­car al sol. Por lo general, se hacían de lodo, al que se le mezclaba paja para obte­ner una mejor consistencia. Pero desde hace unos 5,000 años, los fabricantes des­cubrieron la manera de hacer ladrillos más fuertes, cociéndolos en un horno, en vez de ponerlos a secar al sol.
   Aún hoy, se usan en muchas partes del mundo los ladrillos secados al sol; se lla­man adobes. Pero los que generalmente se emplean son ladrillos recocidos en hornos llamados "ladrilleras".
   El material que se usa es arcilla mezcla­da con agua, a la que, a veces, también se le añade arena. La arcilla puede ponerse en moldes individuales o en largas tiras que más tarde se recortan.