¿Quién está considerado como el padre de la medicina?

   El más famoso de los antiguos mé­dicos griegos se llamó Hipócrates. Su existencia, que ha sido puesta en duda, parece que es cierta. Su pri­mer biógrafo, Soramus, que vivió bajo Trajano, fija la fecha del naci­miento de Hipócrates en el año 460 a. C. Si bien puede dudarse de tanta precisión, sí es cierto que fue un hombre del siglo V a C., contem­poráneo de Sócrates. En efecto, es Sócrates quien, en el Protágoras de Platón, habla de un médico llamado Hipócrates de Cos, el Asclepíade. Hipócrates fue la per­sonalidad representativa de todo un movimiento de conocimientos que se fue elaborando poco a poco entre el período homérico y el de la Gre­cia clásica.

   Su fama se funda, sobre todo, en haber sido el primero que decidió separar la medicina de las prácticas religiosas de su época, y en haber sido el pionero de la medicina expe­rimental.

   Según Hipócrates, el médico, si quería curar al enfermo, debía per­manecer a la cabecera del mismo, atendiendo a todos los síntomas hasta llegar a conocer el mal. Con Hipócrates nacen los primeros his­toriales clínicos, el diagnóstico y la importancia de los alimentos sanos y del aire puro.

   Hipócrates mantuvo una curiosa teoría: el cuerpo humano estaba com­puesto por cuatro humores, que eran la sangre, la flema, la bilis amarilla y la bilis negra. Si estos humores per­manecían equilibrados, la persona gozaba de buena salud. Si había dis­minución o exceso de alguno de ellos, automáticamente aparecía la enfermedad.

   Se le atribuye un juramento, conoci­do con el nombre de juramento hipocrático, que ha sido la guía y norma de conducta de la profe­sión médica hasta nuestros días. Hipócrates escribió casi un centenar de tratados de medicina, aunque luego se ha dudado de que algunos fueran realmente suyos. La obra de Hipócrates es una mezcla de ver­dad y ficción, ya que se han atribui­do a su nombre toda una corriente de conocimientos anteriores e inclu­so posteriores a él. La primera reco­pilación de los escritos hipocráticos se llevó a cabo en Alejandría en el siglo III.

   El caso es que su prestigio fue enor­me y sus teorías se admitieron prác­ticamente sin discusión hasta el Re­nacimiento.