Tagore, el poeta de la India

   Rabindranath Tagore (1861-1941). En los grandes pueblos orientales, surge de vez en cuando una figura extraordinaria que causa verdadera sor­presa al mundo por las dimensiones de su obra y de su fuerza espiritual. Nombres de la Antigüedad universalmente conocidos son los de Lao-Tsé, Buda y Confucio; nombres recientes son los de Gandhi y Rabindranath Tagore. En diversas esferas de actua­ción, todos impregnaron su obra de un espiritualismo tan fecundo, tan por encima del nivel medio de sus respectivos pueblos, que sus figuras y sus doc­trinas tienen indelebles caracteres de sentido humano universal.

   Pero Tagore no es un personaje de tipo mesiánico, al estilo de los demás que hemos nombrado aquí; es un artista singular y múltiple: conferenciante, filósofo, ensayista, novelista, dramaturgo y pintor, pero sobre todo, educador y poeta. Y dedicó su vida a occidentalizar en parte a sus compatriotas, sin que perdieran su virtud esencial: la poesía del alma, cali­dad indispensable para redimir a Occidente y sin la que Oriente no podría redimirse, aun­que se hundiera de lleno en el progreso mecánico.

   Rabindranath Tagore nació en Calcuta (India), hijo del escri­tor Devendranath y descendiente de prín­cipes hindúes. Vivió al­gún tiempo en Ingla­terra y aprendió tan bien la lengua, que es­cribía con igual maes­tría en inglés que en bengalí. Vuelto a su país, fundó en Bolpur (Bengala) un verdadero cen­tro universitario, la Morada de paz, en la que quiso que la amistad y la camaradería fueran esenciales e indispensables en el sistema de enseñanza. No es un descreído, un rebelde, ni un renegado de la religión de Brahma: trata de llegar a la comprensión de la divinidad por el amor.

   Los versos de Rabindranath Tagore, traducidos al castellano por Zenobia Camprubí de Jiménez, son algo de lo más deliciosa­mente lírico que se ha escrito. El volumen Gitanjali fue motivo ocasional para que se concediera al poeta el Premio Nobel de Literatura en 1913. Otros volú­menes poéticos suyos son: Luna Nueva, El jardinero y La cosecha de la fruta; ensayos: Sadhana y La religión del hombre, entre otros; dramas: Sanyasi, Chitra, Malini, La Ofrenda, etc. Especial interés presentan sus Cartas a un amigo y sus narraciones: Gora y El hogar y el mundo.

   El gurú Tagore (maestro inspirado), el poeta sin par, el pintor que asombró al mundo cuando se dio cuenta de que podía y sabía pintar a los 68 años, el gran educador hindú es una figura excepcional en la historia del pensamiento y de las letras de la pri­mera mitad del siglo xx.