La mostaza

foto semillas de mostaza
   La planta que nace de la germi­nación de una de las minúsculas semillas de mostaza crece rápidamente y a veces alcanza gran altura. Por esta razón, la semilla de mos­taza con frecuencia se menciona como símbolo de cosas muy pequeñas que se vuelven muy grandes.

   La mostaza pertenece a la familia de las cruciferas. Sus pequeñas flores amarillas tie­nen cuatro pétalos dispuestos en cruz. Las hojas son grandes e irregularmente lobadas. Sus frutos son oblongos y picudos. Una sola mata produce millares de semillas.

   Se conocen más de 100 especies de mostaza, de las cuales la negra es la más común. Otras especies que ofrecen algún sabor picante tam­bién se llaman a veces mostaza, por ejemplo, la mostaza blanca, la rabaniza y el mastuerzo.


   Para obtener la mostaza utilizada como con­dimento se recogen las semillas antes de que estén completamente maduras. Luego se mue­len, y después se pulverizan en un mortero. Hecho esto se tamiza el polvo resultante para separar los residuos de cascara. La mostaza francesa se prepara mezclando el polvo resultante con sal y vinagre. La mostaza alemana se hace mezclando dicho polvo con vino del Rhin o con especias. A veces se le agrega harina para disminuir su sabor picante. Las hojas de la mostaza blanca se emplean como ensalada o cocinadas en varias formas. Las semillas de la mostaza negra y de la blanca contienen un acei­te de gran valor, que puede utilizarse en la fabricación de jabones y para otros fines.

   Los antiguos consideraban casi mágica la mostaza en cuanto a su poder curativo. Creían, por ejemplo, que curaba de la picadura de ser­piente venenosa, o la de escorpiones; que cu­raba el dolor de muelas y que podía limpiar el cabello y detener su caída. También se creía que tomada en ayunas despejaba la cabeza. Todavía se emplea en medicina para baños de pies y en emplastos.