En el interior de las anteras se encuentran unas células particulares que van a sufrir la reducción cromática o meiosis, dando lugar a los granos de polen, que sólo llevan la mitad de la información genética.
Se sabe que la información genética de una célula es llevada por los cromosomas, que se encuentran por duplicado en una célula normal; se dice entonces que hay 2 n cromosomas. Algunas células sufren un proceso denominado meiosis, que conduce a la aparición de células sexuales que no poseen más que un solo juego de cromosomas; se dice que tienen n cromosomas. Esta "reducción cromática'' se comprende fácilmente: luego de la unión entre las células masculinas y femeninas, los cromosomas de unas y otras se reúnen formando una nueva célula de 2 n cromosomas, con las características de cada uno de sus padres. Cuando la flor se abre, la antera se seca, su pared se desmembra y libera el polen; el pistilo está compuesto del ovario, formado por uno o varios carpelos, que a su vez componen una o varias celdillas. Hacia arriba sigue el estilo, que todavía más arriba está rematado por el estigma.
Visto con gran aumento, con lentes estereoscópicos, el estigma aparece como un conjunto de pelos viscosos y ceñidos. El o los carpelos contienen uno o varios óvulos; son unas bolsas minúsculas con dos paredes: los tegumentos; cada bolsa está llena de un tejido llamado nucela y entre estas células una sufrirá meiosis dando lugar a un grupo de ocho células con n cromosomas, que componen las bolsa embrionaria. Una célula de esta bolsa embrionaria constituye la oosfera o gameto femenino, acompañada de una célula algo particular compuesta de dos núcleos que se fusionan (éstos tendrán un papel particular más tarde). Cuando el grano de polen llega al estigma de una flor de su especie, llevado por el viento, el agua, un animal o el hombre, germina dando un filamento que se clava entre los pelos viscosos, desciende por el estilo y los carpelos y penetra en un óvulo. El grano de polen durante este tiempo se divide una primera vez: uno de los núcleos se queda en el tubo y no tarda en desaparecer, el otro permanece constantemente en el extremo del filamento y sigue su progresión. Al aproximarse al óvulo, este núcleo se divide de nuevo. Cuando el tubo penetra en el óvulo, revienta: uno de los núcleos fecunda la oosfera que dará el huevo, la otra se fusiona con el núcleo secundario produciendo una célula con tres n cromosomas, que formará el albumen, tejido especial que sirve para alimentar al embrión y que subsistirá tal vez en algunas semillas como en el ricino o el dátil. La célula-huevo se desarrolla y da una plántula que permanece encerrada en los tegumentos: ésta será la semilla.