La lluvia, donante de vida


   Ninguna planta puede vivir sin agua y muchas sólo pueden vivir y reproducirse en medios acuáticos. Las plantas terrestres dependen primariamente de las lluvias para su provisión vital de agua. Así, pues, aunque los márgenes de temperatura, la variedad del suelo, la duración del día y otros factores puedan desempeñar su papel en determinar las plantas que crecen en cada lugar, la influencia particular más importante, como se muestra en estas páginas, es la lluvia. El «récord» de lluvia del mundo (más de 11,7 m. por año) lo detenta el monte Waialeale, de Hawai. En el otro extremo de la escala se encuen­tran los desiertos que se pasan sin lluvia años ente­ros y donde sólo las plantas más frugales pueden re­sistir. Con el aumento de lluvia anual, las primeras plantas que prosperan en las regiones no perturba­das por el hombre son las gramíneas, dando vastas praderas como las Pampas. A continuación van apa­reciendo árboles, en número creciente, hasta que el país queda ocupado exclusivamente por bosques.