LOS PALAFITOS (viviendas lacustres)


DESCUBRIMIENTO DE PALAFITOS EN EL LAGO ZURICH

EN el año 1854, a causa de una sequía excepcional, el nivel de las aguas del lago de Zurich descendió extraordinaria­mente. El fenómeno ofreció una buena oportunidad a los industriosos habitantes del pueblo ribereño de Mellen, para exten­der sus tierras a expensas del lago. Y así fue como se dispusieron a construir un ancho dique cerca del límite al que habían retro­cedido las aguas. Durante los trabajos de excavación los obreros encontraron un lecho de arcilla negruzca, dentro del cual se ha­llaban numerosos pilotes sólidamente plantados. Junto a éstos descubrieron una cantidad de objetos y herramientas de hueso y sílice, recipientes de barro hechos a mano, restos de hornos, piedras y muchos utensilios de uso doméstico.
Por primera vez se había descubierto una gran aldea lacustre, es decir, construida por encima de la superficie de las aguas de un lago. Los objetos caseros que los trabajadores extrajeron del fango habían sido usados por última vez hacía unos 6.000 a 8.000 años, según la estimación de los arqueólogos.
Desde entonces fueron halladas y exploradas, en toda Europa, numerosas aldeas lacustres perfectamente conservadas dentro de gruesas capas de turba, de tierra, y.. . de agua.


DE LAS CAVERNAS A LOS PALAFITOS
Durante milenios, las "casas" de los hombres primitivos fueron las grutas y las cavernas. Por mucho tiempo, esos antros más o menos profundos y oscuros fueron muy apreciados por nuestros antiquísimos antepasados. En primer lugar, eran viviendas naturales, seguras, que constituían un refugio fácilmente defendible de los ataques de los animales feroces. Por otra parte, protegían perfectamente de la lluvia y el frío exterior.
Pero, en determinado momento de la prehistoria, el hombre abandonó su seguro refugio por otro más sano y más cómodo. Ya sabía construir diversos instrumentos de trabajo y labrar la madera. Aprendió entonces a construir chozas con troncos, ramas, piedras, pieles, paja y barro. Las erigía cerca del agua, donde podía saciar fácilmente su sed y alimentarse de peces. En ciertas regiones halló la forma de volver más segura su morada ante los ataques de sus enemigos, construyéndola directamente sobre el agua.


LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PALAFITOS
Paro construir una aldea de palafitos eran necesarios años de trabajo y muchos hombres. Pero, en aquellos tiempos, las familias se hallaban reunidas en tribus, y la mano de obra no faltaba Los "terrenos de construcción" preferidos eran los lagos y los pantanos. Los ríos eran menos apreciados porque sus regímenes inconstantes provocaban bajas imprevistas y crecientes peligrosas. Los hombres iniciaban la construcción de su "ciudad" hundiendo troncos puntiagudos en el fondo fangoso. Estas estacas sobresalían de la superficie del agua unos dos metros. Encima de las mismas se apoyaban horizontalmente otros palos, que eran clavados con cuñas de madera. De eso manera se formaba un verdadero pavimento sobre el cual se construían las cabañas, circulares o cuadrangulares, siempre de madera. Los espacios entre un tronco y otro eran cementados con barro o estiércol, que se endu­recían al sol y formaban una capa resistente.