¿Es Shakespeare autor de las obras que se le atribuyen?


    Los hechos sobresalientes de la vida personal de Shakes­peare son tan vulgares, que muchas personas estimaron imposible que tal hombre fuese autor de obras maestras. No podían aceptar la idea de que un hombre tan sensato, tan clase media, preocu­pado en ir acumulando fortuna y en ayudar a los suyos, pudiera haber llegado a tan vivos transportes de pasión. Por estas y otras razones de escasa mon­ta, a lo largo de más de un siglo, se ha intentado demostrar que otros las escribieron con su nombre. El autor más a menudo mencionado es Francisco Bacon, y la controversia Bacon-Shakespeare ha lle­nado innumerables libros; pero puede afirmarse que casi todos los hombres famosos de la época de la reina Isabel han sido alguna vez mencionados como posibles autores. Algunos han llegado a sostener que Shakespeare no es más que un seudónimo bajo el cual se oculta un verdadero grupo de poetas.
    Pero los eruditos no han podido explicar satis­factoriamente el hecho de que contemporáneos de Shakespeare, como Meres en 1598 y Jonson en 1623, hayan reconocido su valía como hombre y como autor dramático. Pocos historiado­res toman en serio las ten­tativas realizadas para pri­var a Shakespeare de su fama.
    El deseo de aumentar las informaciones sobre su vida privada motivó una constan­te y minuciosa labor de exa­men de sus obras, con la es­peranza de encontrar alguna sugerencia útil; pero el re­sultado fue muy pobre. Con todo, muchos lectores creen que en los 154 sonetos, pu­blicados probablemente con­tra su voluntad en 1609, se revela un episodio importan­te de su vida. Por esto, en este sentido, sus sonetos son la obra más estudiada, ex­cepto quizá Hamlet. Como obra poética, seguramente se cuentan entre los mejores sonetos escritos en inglés; pero ninguna duda cabe ya acerca de que el éxito obtenido se debe al significa­do autobiográfico que se les atribuye.