El misterio del monstruo de Loch Ness

    Loch Ness es un enorme lago de 250 metros de profun­didad, dos veces la del Mar del Norte. Tiene 35 kilómetros de largo y el ancho varía entre una y tres millas. Durante 1 500 años, la gente ha estado viendo un monstruo en él. Hace mucho, en el día de Santa Columbia, la leyenda dice que la gente vio una «bestia muy fea, algo así como una inmensa rana, sólo que no era una rana». En 1933, varias personas vieron el monstruo. Uno fue un patrullero en Inverness-shire, que lo describió como una serie de jorobas sobre el agua, precedidas por un cuello largo y delgado que terminaba en una cabeza pequeña de forma de serpiente. Su piel era gris-negruzca.
    El 22 de mayo, John Mackay, propietario del hotel de Drunnadrochit, también lo vio. El agua hizo espuma cuando desapareció, dijo. Dos meses después, una pareja de Londres vio al monstruo cruzar el camino. Su tamaño los dejó pasmados —su cuerpo era de unos 5 metros de altura y tan ancho como el camino. Se movía como una gran serpiente, en una secuencia de tirones. Más tarde, cuando les enseñaron la fotografía de un plesiosaurio marino, un reptil, el hom­bre dijo que el monstruo se le parecía.
    A principios de la década del 30 se tomaron varias fotografías del monstruo. Sir Edward Mountain, que vivía cerca del lago, contrató gente que, con binoculares, observaba el lago esperando la aparición del monstruo. La vigilancia dio resultado. Unas semanas más ade­lante, fue posible tomar una película del monstruo. Desde la Segunda Guerra Mundial el monstruo ha sido tomado seria­mente. En octubre de 1954, los pasajeros de un autobús que reco­rría la zona del lago, pudieron observar al monstruo durante 10 minutos cuando apareció sobre el agua a no más de 70 metros de dis­tancia.
    En diciembre de 1954, una barca de pesca estaba cruzando el lago cuando su sonar detectó algo que nadaba a 160 metros de profundi­dad. Fue identificado como un ser de cabeza pequeña, cuello largo, 8 patas cortas, y una cola de 5 metros de largo. Medía alrededor de 15 metros de largo. Los expertos que analizaron la carta hidro­gráfica dijeron que se trataba de una criatura viva. Cuatro años después, la British Broadcasting Company, intentando producir un programa sobre el monstruo, registró un objeto en el sonar que se movía a 4 metros de profundidad y que luego desapa­reció a los 20 metros. Dos días después, 4 hombres que viajaban en un autobús vieron jorobas emergiendo en el mismo lugar; había mucha espuma cuando las jorobas se sumergían. Desde entonces, varios grupos de científicos han investigado al mons­truo. En 1973-74, científicos japoneses iniciaron un estudio más im­portante usando equipo para aguas profundas. Posibles soluciones: No parece haber duda de que hay algo grande que vive en Loch Ness. Qué tipo de animal sea, es otra cuestión. El capitán de corbeta T. R. Gould, experto en serpientes de mar, pensó que el animal debía ser una enorme lagartija acuática, quizás un remanente de los tiempos prehistóricos, que había sido atrapada en el lago. Otros, incluido el Dr. Maurice Burton, creen que es algu­na clase de reptil extinguido, posiblemente un plesiosaurio. Los expertos consideran que es posible que el monstruo esté parte del tiempo en el lago y parte en el océano, pasando de uno a otro a través de una ruta subterránea. Puede buscar el lago en la época de cría o escapando de animales de presa en el mar.