En el Neolítico los arados que utilizaban los primeros granjeros eran generalmente de madera. El problema de estos arados de madera era que se gastaban con rapidez. Hace unos 3.000 años se descubrió cómo fabricar herramientas de hierro. En torno al 900 a. C, los granjeros empezaron a fabricar afiladas y resistentes puntas de hierro para sus arados. No fue hasta 1838, que John Deere, un herrero estadounidense, inventó el arado de acero colado.