La práctica del karate

   El karate es un deporte de fuerza y dominio de uno mismo. Exige un entrenamiento riguroso y progresivo. Los que practican el karate pueden romper un ladrillo de un solo golpe dado con la mano.
   Los que practican el karate, al igual que los expertos en jiu-jitsu, son mas violentos y agresivos que los adeptos del judo. No solo son capaces de rechazar los ataques del adversario por medio de "llaves", sino que pueden ponerlo fuera de combate con durísimos golpes. Durante los entrenamientos golpean con todas sus fuerzas, pero detienen el golpe en el preciso instante en que su mano va a alcanzar a su adversario, a fin de no causarle daño excesivo. Los adeptos del karate endurecen su cuerpo y, al mismo tiempo, su voluntad. A la persona que practica este arte marcial se la llama karateka o karateca.


Practicantes de karate



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Frases de Ambrose Bierce

El optimismo es la creencia de que todo es hermoso.

Razonar: sopesar probabilidades en la balanza del deseo.

La política es la conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares.

Hacer del juego un negocio no puede compararse con el negocio del juego.

No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuantas cosas viejas hay que no conocemos.

Un cobarde es una persona en la que el instinto de conservación aún funciona con normalidad.

Si deseas que tus sueños se hagan realidad ¡despierta!.

El futuro es ese periodo de tiempo en el que prosperan nuestros negocios, nuestros amigos son verdaderos y nuestra felicidad segura.

Planear: preocuparse por encontrar el mejor método para lograr un resultado accidental.

El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.

Todos son locos, pero el que analiza su locura, es llamado filósofo.

Una mujer sería encantadora si uno pudiera caer en sus brazos sin caer en sus manos.

Un egoísta es una persona que piensa más en sí misma que en mí.

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Frases famosas de Ambrose Bierce. Citas célebres de Ambrose Bierce. Reflexiones acerca de Ambrose Bierce.

Frases de Fernando Pessoa


Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla.

El único misterio del universo es que exista un misterio del universo.

El mundo es de quien nace para conquistarlo y no de quien sueña que puede conquistarlo.

Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar sólo.

La función última de la crítica es que satisfaga la función natural de desdeñar, lo que conviene a la buena higiene del espíritu.

No hagas hoy lo que puedas dejar de hacer también mañana.

Por la boca mueren el pez y Oscar Wilde.

Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?

No saber de uno mismo; eso es vivir. Saber mal de uno mismo, eso es pensar.

Sentir es un pensamiento extravagante.

Primero sé libre; después pide la libertad.

El amor es una muestra mortal de la inmortalidad.

El cero es la mayor metáfora. El infinito la mayor analogía. La existencia el mayor símbolo.

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Frases famosas de Fernando Pessoa. Citas célebres de Fernando Pessoa. Reflexiones de Fernando Pessoa.

¿Qué es el judo?


   Es una lucha deportiva, de carácter defensivo, en la cual la habilidad es más importante que la fuerza. El luchador, o judoka, procura hacer perder el equilibrio a su adversario y hacerlo caer. Cuando lo logra, vence.
   Desde 1964, el judo es una de las especialidades deportivas de los Juegos Olímpicos, ya que su práctica —cuyas reglas han sido revisadas en nuestro siglo por Jigoro Kane— ha rebasado ampliamente las fronteras del Japón, su patria de origen Exige un entrenamiento constante e intenso Los judokas procuran adquirir mas flexibilidad y habilidad que fuerza y estudian el arte de caer. Es un deporte noble: los contendientes jamás dejan de saludarse, antes de iniciar un combate, haciendo una profunda inclinación. Los progresos realizados en este tipo de lucha son reconocidos con el derecho de llevar un cinturón de color sobre el kimono de tela blanca.