Los efectos positivos del cacao en el corazón



   Comer diariamente un poco de cacao y sus derivados ayuda a combatir la hipertensión y a reducir la mortalidad por motivos cardíacos, así lo confirma un estudio realizado en los Países Bajos, publicado en la revista Archives of internal Medicine. Ingerir unos diez gramos al día de estos productos chocolatosos puede ser una deliciosa manera de cuidar nuestro corazón. Según los expertos holandeses, el alto contenido de antioxidantes que posee el cacao parece estar detrás de este dulce efecto positivo en el organismo humano.

¿De dónde viene la costumbre de apagar las velas en los cumpleaños?



 ¿Por qué apagamos las velas en los Cumpleaños?
   Esta práctica tan común viene de los antiguos griegos, que tenían la costumbre de ofrecer dulces a Selene, diosa de la Luna. Se trataba de pasteles redondos que representaban a la luna llena, sobre los cuales se colocaban velas encendidas que simulaban el brillo del Sol que ésta refleja. Los participantes en el ritual soplaban las velas tras formular  un deseo para que el humo lo transportara hasta la diosa. Despojada de su contenido religioso, la costumbre se adoptó para la celebración de los cumpleaños, colocando tantas velas como años se cumplen.

¿Quién envió por primera vez un mensaje SOS?



   Muchas personas creen que la primera embarcación que pidió auxilio con una clave fue el Titanic ante su inminente hundimiento en 14 de abril de 1912. Sin embargo, el artículo Steamer Arapahoe Breaks Shafts at Sea, del diario The New York Times, publicado el 12 de agosto de 1909, menciona que el barco de vapor Arapahoe, que había tomado la ruta de Nueva York a Jacksonville, Florida, tuvo un accidente cuando navegaba en las costas de Carolina del Norte. Su mástil se rompió, dañó uno de los costados de la embarcación y ésta empezó a hundirse. El operador de la radio, Paul B. Haubner, mandó un mensaje CQD (Come Quickly, Distress, 'vengan rápido, desgracia') a la compañía telegráfica para avisar sobre el desastre que habían sufrido. El Titanic cambió ese código por SOS (Save Our Souls, 'salven nuestras almas'), llamado que sólo atendió el barco Carpathia que navegaba en las inmediaciones. Poco después de su hundimiento, se acordó el uso generalizado del código SOS.