El obrero, o, más bien, el artista joyero, realiza o repara adornos de metal, preciosos o no, que no llevan ni diamantes, ni piedras preciosas, ni perlas finas.
Las joyas son casi siempre diseñadas por especialistas. El joyero recibe un proyecto pintado al guache sobre una cartulina de color, y lo lleva a cabo por partes, que luego une. El joyero elige la forma de metal, hoja, barra o hilo que mejor le conviene para cada uno de estos elementos. Tras haber obtenido la forma deseada martillando sobre un yunque (la bigornia o la varilla para los anillos), el joyero precede al cincelado, al grabado y al pulimentado, última de las operaciones necesarias. Las joyas de categoría son ejecutadas a mano. Los objetos de bisutería son fabricados con máquinas que permiten venderlos a precios baratos. Los joyeros, pacientes y minuciosos, trabajan en pequeños equipos y en tranquilos talleres.
Sigrida Undset
Admiró siempre el libre albedrío, en un clima de paz y de justicia. Convencida de su fe, se opuso a las fuerzas del mal, defendió con pasón a los débiles, los perseguidos, los tránsfugos, Durante la última contienda tomó partido por los aliados, ya que sus ideales le hacian repudiar todo vasallaje.
En sus memories recuerda que en su infancia visitaba con frecuencia a los parientes daneses de su madre; durante esos viajes conoció a los pequeños escolares de la Jutlandia del sur: ellos le relataron como sus maestros les obligaban a recitar loas a los prusianos y la aversión a su propia raza. En sus gestos, Sigrida adivinó el odio y la aversión; dedujo que resulta imposible para otros educar a los alemanes: son ellos mismos los que deben hacerlo, y comprender que la guerra es un mal negocio.
Siendo empleada en un negocio de la ciudad de Oslo, publicó sus primeros trabajos literarios en 1907. Entró en el mundo de las letras con el afamado romance autobiográfico "Marta Ulie". Unos meses despues le siguió "La edad feliz". Estaba en la senda de la interpretación del alma femenina, la veta más pura y fecunda de su producción.
"Jenny" (1911); "Pobres seres" (1912); "La primavera" (1914); "El resplandor del espejo encantado" (1917): "Las vírgenes prudentes" (1918); "Nubes de primavera" (1921) jalonaron sus primeras experiencias de novelista. Después sobrevino la segunda época, aquella en que su intelecto la llevó a campear como escritora pundonorosa y fructífera: además del mencionado Premio Nobel "Kristin Lavransdatter", magistral aderezo de su espíritu selecto y equilibrado, había publicado ya algunos trabajos muy celebrados, como "La leyenda del rey Arturo y Los Caballeros de la Tabla Redonda" (1915), y "La leyenda de San Halvart" (1920).
Pedro Henríquez Ureña
Pedro Henríquez Ureña nació en la República Dominicana en 1884, en el seno de una familia donde se multiplican los valores intelectuales. Un hermano de Pedro, es Max, diplomático y distinguido hombre de letras el también.
Muy joven llegó a la ciudad de México donde cumplió brillantemente con sus estudios en la Facultad de Derecho graduándose como abogado.
Vivió en la propia ciudad de México en contacto con lo mas destacado de la Juventud: José Vasconcelos, Antonio Caso, Alfonso Reyes, sentando las bases para una transformación pedagógica que minó las bases del positivismo de Barreda que predominaban.
Casó en la ciudad de México con una hermana del licenciado Vicente Lombardo Toledano. Fue catedrático en la Escuela Nacional Preparatoria, en la Facultad de Filosofía y Letras, etc., etc.
Escribió en diaries y revistas, dictó ciclos de conferencias y ocupo puestos importantes en la Secretaría de Educación Pública.
Viajó por diferentes países de América y por diversas Universidades de Norteamérica.
Posteriormente fue a radicarse a Buenos Aires donde finalizó su existencia en 1946.
Muy joven llegó a la ciudad de México donde cumplió brillantemente con sus estudios en la Facultad de Derecho graduándose como abogado.
Vivió en la propia ciudad de México en contacto con lo mas destacado de la Juventud: José Vasconcelos, Antonio Caso, Alfonso Reyes, sentando las bases para una transformación pedagógica que minó las bases del positivismo de Barreda que predominaban.
Casó en la ciudad de México con una hermana del licenciado Vicente Lombardo Toledano. Fue catedrático en la Escuela Nacional Preparatoria, en la Facultad de Filosofía y Letras, etc., etc.
Escribió en diaries y revistas, dictó ciclos de conferencias y ocupo puestos importantes en la Secretaría de Educación Pública.
Viajó por diferentes países de América y por diversas Universidades de Norteamérica.
Posteriormente fue a radicarse a Buenos Aires donde finalizó su existencia en 1946.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)